Todas las plantas del jardín están expuestas a los ataques de hongos y parásitos y los árboles frutales no son una excepción. Para evitar que en poco tiempo se eche a perder una labor de años, hay que vigilar continuamente la plantación y seguir un calendario de tratamientos preventivos que impidan la aparición de plagas y enfermedades.
¿Cuáles son las principales enfermedades de los frutales de pepita?
Aunque son muchas, las más comunes son las siguientes:
Oidio. Ataca sobre todo al manzano y al peral, a los que recubre de una capa de polvillo blanco, preferentemente en hojas y yemas. Se combate cortando y quemando las ramas afectadas y tratando el resto con Benomyl o Thiram.
Roña o moteado. Ataca especialmente al manzano y al peral. Se caracteriza por un moteado, aterciopelado de color verde oliva sobre las hojas y callosidades castaño oscuras en frutos. Se combate con Captan.
Chancro. Generalmente se suele dar en el manzano, sobre cuyo tronco se desarrollan manchas características. Para erradicarlo hay que pelar la rama antes de que el mal la circunde por completo y tratar la herida con pintura protectora de la empleada en las podas.
Arañas. Se trata de un diminuto acaro de color rojizo que ataca las hojas de la mayoría de los frutales de pepita, que adquieren un color bronce y se plagan de pequeñas moteaduras. También es fácil observar pequeñas telarañas. Se erradica con fumigaciones de Malathion, con la precaución de no fumigar si ya hay fruta madura.
Pulgones. Se presentan en todos los frutales de pepita. Atacan hojas, tallos y frutos a los que llenan de picaduras que más tarde se convierten en callos. Tratar con Primicarbo, insecticida que tienen la ventaja de no atacar a las abejas. Tampoco daña ni a los adultos, ni a las larvas de la mariquita, enemigo natural de los pulgones.
¿Y a los frutales de hueso?
Aparte de la mayoría de las enfermedades y plagas antes mencionadas, cabe destacar:
Polillas. Hay diversas, aunque la más peligrosa sea la Falena. Sus larvas suelen atacar las flores y frutos del cerezo, el melocotonero y el ciruelo. Durante o después de la floración de los árboles se puede utilizar Fosalon, especialmente si se detectan también pulgones.
Mosca de la fruta. Pequeña mosca de unos 5 milímetros caracterizada por presentar franjas de color anaranjado en las alas. Sus larvas devoran especialmente los frutos de ciruelos y cerezos. La lucha química contra este diminuto insecto se ha mostrado ineficaz cuando aparece en forma de plaga. En plantaciones pequeñas puede recurrirse a envolver los frutos con bolsitas de papel celofán.
Por último, convendría recordar algunas normas sobre el empleo de insecticidas:
1) Siga estrictamente las indicaciones del fabricante en cuanto a dosis y modo de empleo.
2) Mantenga estos productos fuera del alcance de los niños y no los guarde en recipientes que se presten a confusión, como botellas de vino o leche.
3) No coma, fume o beba mientras esté fumigando. Protéjase las manos con guantes y lávese después del trabajo.
4) No recoja la fruta hasta que esté completamente seguro de que el producto se haya eliminado por completo, pues así evitará intoxicaciones.