Gorgojos

¿Cómo son estos animales?

Los gorgojos son unos insectos coleópteros de la familia de los Curculiónidos, caracterizados por poseer una cabeza acabada en una pequeña trompa. Su caparazón de quitina y sus élitros o cubiertas de las alas, son extraordinariamente duros y su tamaño oscila entre los 2 ó 3 milímetros y los 7 centímetros, aunque la media para las especies europeas que atacan los cultivos se sitúan en torno a un centímetro. Por lo general, su cuerpo es de colores oscuros, normalmente ocres o grises, y a veces cubierto de pelusilla


¿Qué daños producen?

Durante el verano estos animales taladran los tallos de plantas y árboles para consumir su savia. En esta fase no son aún demasiado peligrosos, pero al igual que sucede con los pulgones, estas picaduras pueden ser la vía de acceso a gran número de enfermedades criptogámicas. El verdadero peligro comienza hacia finales del verano, momento en que las larvas del gorgojo empiezan a eclosionar y con una rapidez inusitada comienzan a roer los bordes de las hojas y los tallos jóvenes de gran número de plantas.


¿Cuáles son las principales especies?

Entre el gran número de especies de gorgojos, destacan por su perniciosidad: el gorgojo del avellano (Curculio nucum) de unos 12 milímetros de largo y color gris-ocre. Las hembras perforan los frutos verdes y depositan en ellos un huevo que cuando se transforma en larva se alimentará de la almendrilla. Al otoño siguiente la avellana aparece vacía. En los bosques de coníferas abunda el gorgojo grande (Hylobius obietis), de unos 15 milímetros y color castaño con vello amarillo oscuro. Los adultos viven bajo la corteza de los pinos y abetos jóvenes, mientras que las larvas se alimentan de las raíces tiernas. También son notables los daños
causados por el enrollador de la hoja del roble (Attelabus nitens) y el del abedul (Rhynchites betulae), cuyas hembras cortan y enrollan las hojas del árbol y depositan los huevos dentro. Durante la primavera las larvas defolian al árbol. Entre los que atacan a frutales destacan el gorgojo del peral (Anthonomus piri) y el del manzano (A. pomarum), cuyas hembras depositan los huevos en las yemas florales que serán devoradas durante el invierno por las larvas. Por último, toda una legión de gorgojillos de los géneros Stariodis y Pantomorus atacan las hojas de camelias, aralias, hortensias, hiedras, cinerarias, nomeolvides (Myosotis) y jazmines.


¿Cómo hay que combatirlos?

Si la plaga es numerosa, en cuanto se adviertan los primeros síntomas consistentes en hojas roídas por los bordes, hay que pulverizar con emulsiones de Malathion o Sumithion o cualquier otro insecticida fosforado. Si se observan nuevas mordeduras, por pequeñas que sean, debe repetirse el tratamiento cada 12-15 días. Como medida preventiva es mejor emplear tierra desinfectada o mezclar la obtenida en el bosque con HCH al 25 % en cantidades de 1 gramo por cada kilogramo de tierra. Con el mismo producto puede espolvorearse las macetas.